No empecemos entendiendo mal las cosas. La bandera de España es uno de los pocos símbolos que tenemos en común en nuestro país, cada vez más fragmentado por ideologías, egos, etc… No es cuestión de entrar en eso. Para nosotros, desde VillarVivo y Recuerdos de Villar, el acto de izado de la bandera va más allá de los 20 o 30 minutos de duración del acto. Son semanas de preparación, reuniones, guiones coordinación… Si lo sumamos, fácilmente salgan 3 o 4 jornadas de trabajo a tiempo completo de 2 personas. Una paliza básicamente, sobre todo el «día de la función».
Por un lado representa la confianza que por tercer año consecutivo el equipo de gobierno del Ayuntamiento deposita en nosotros para su organización, poniendo a nuestra disposición los medios materiales y humanos necesarios para llevarlo a cabo. Pero lo más importante, es que este acto para nosotros significa GRACIAS. Es la manera que tenemos de agradeceros que nos sigáis en redes sociales, que nos confiéis vuestros recuerdos, vuestros secretos de familia, que vengáis a ver el Belén cuando tenemos oportunidad de montarlo, que nos paréis por la calle para felicitarnos o criticarnos, pero que nos paréis y tengamos ocasión de charlar… Porque las palabras se las lleva el viento, pero los hechos perduran y lo hacemos por vosotros, para demostrar ese GRACIAS, ya que se nos brinda la oportunidad.
Por supuesto también tenemos que agradecer personalmente a tod@s los vecin@s que desinteresadamente como nosotros, colaboran año tras año para hacerlo realidad. No voy a dar nombres porque no quiero que se me olvide ninguno, pero quiero resaltar especialmente a los más jóvenes. Este fin de semana se ha vivido en el pueblo un extraordinario ambiente festivo y que todos hemos disfrutado de una forma muy sana. Nuestra juventud lo ha pasado en grande y un domingo por la mañana es momento de resaca. Aún así, han estado al pie del cañón, dando lo mejor de si mismos y haciendo su labor de forma impecable.
Son chicos y chicas con mucho potencial y muchas ganas de hacer cosas. Merece la pena escucharles, darles oportunidades y herramientas para que se expresen, que vivan nuevas experiencias que les ayuden a elegir su camino en la vida. Algo que la mayoría de nosotros hemos tenido en mayor o menor medida, pero que durante un tiempo no ha sido así. No quiero decir con esto que haya o que haya habido generaciones perdidas, pero si que hay generaciones que se han perdido cosas muy bonitas que otros si hemos vivido y creo que no nos podemos permitir que las venideras también se lo pierdan.
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